Bernard Hopkins GP12 a Jean Pascal y, con 46 años, se convirtió en el boxeador más viejo en ser campeón mundial. Se quedó con el cinturón mediopesado del CMB.
Si el Diablo más sabe por viejo, esos retazos de barba grisácea en la cara de Bernard Hopkins, en el desquite de un empate en el que el mundo entero lo había visto ganador, debieron darle a Jean Pascal una advertencia. ?Sabía que me enfrentaba a un león joven?, soltó The Executioner después, con las pulsaciones más bajas y el cinturón mediopesado del Consejo Mundial de Boxeo colgando de su cintura como la fiel muestra de que el pugilismo todavía no logra retirarlo. Y es que Hopkins se cruzó con un león joven, sediento de demostrar en el Bell Centre de Montreal que podía con la leyenda viviente, pero dejó claro que a los músculos tranquilamente puede vencerlos una melena más larga: la experiencia.
Estos dos se habían sacado chispas el 18 de diciembre de 2010. El yanqui salió victorioso para los ojos del pugilismo mundial, pero los jueces dieron empate en las tarjetas (Claude Paquette: 113-113; Daniel Van de Wiele: 114-114; Steve Morrow: 112-114). Esta vez, un poco más desprolijos, Pascal (26-2-1, 16ko) y Hopkins (52-5-2, 32ko) salieron al ring con la certeza de, al menos, ya haberse cruzado sobre el cuadrilátero y saber cada uno a quién tenía enfrente. Por eso fue que al canadiense le tomaron el tiempo y lo dejaron, además del mediopesado CMB, sin el Diamante CMB y el mediopesado IBO. Hopkins, esta vez, no dio lugar a las dudas.
Hasta el quinto round, el trámite fue cambiante. Pascal apostó a las contras y a trabajar la zona baja, mientras que el retador tomó el centro del ring e hizo uso de un amague de jab para después soltar el cross de izquierda. Claro, detrás de eso venía el recto de derecha para abrir la guardia de un campeón que siempre la tuvo baja y otorgó facilidades para que le llegaran con claridad a la cabeza. Con el correr de los minutos, y una plena confianza de Hopkins (transformado en un showman que pasó de sacar la lengua con la boca abierta de par en par a hacer flexiones de brazos mientras su rival esperaba sentado en el rincón el arranque del asalto) que desesperó a Pascal, el estadounidense fue virando todo a su favor.
A esta altura, el público empezó a disfrutar de un boxeo de elite propinado al desordenado dueño de la faja. Con calma, haciendo uso de su cintura y de un posterior avance de potencia, Hopkins terminó de convencerse a sí mismo, a los jueces y a toda la afición. Sólo el último aliento de un Pascal cansado ?más aún que un hombre que está rozando la línea de los 50- en los rounds finales logró incomodarlo. Así, las tarjetas terminaron unánimes a su favor: Rey Danseco 116-112, Anek Hongtongkam 115-114 y Guido Cavalleri 115-113.
Bernard lo sabía: estaba ante una inmejorable chance de hacer historia. George Foreman tenía el récord de haber sido el boxeador más viejo en consagrarse campeón mundial (teniendo en cuenta las cuatro entidades más reconocidas: Asociación Mundial de Boxeo, Organización Mundial de Boxeo, Federación Internacional de Boxeo y CMB), cuando conquistó el título AMB-FIB al noquear en el décimo a Michael Moorer en 1994. Big George, en ese entonces, tenía 45 años. Hopkins, con uno más, demostró -y se demostró- que sabe por viejo.
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lunes, 28 de noviembre de 2011
Sabe por viejo Boxeo
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