sábado, 12 de noviembre de 2011

Disculpas y Ángel Dos Relatos Propios




Para Salir un poco de lo común, les traigo uno de mis escritos...



Disculpas

No soy un monstruo, nunca quise hacerlo, Dios mando a sus ángeles buscando mi redención,
de nada sirvió después de haberme quitado todo, yo escucho su voz,
él fue quien me obligo a hacerlo, me la arranco de las manos.

La cola del martillo seguía reluciente mientras que el resto estaba bañado en su sangre,
recuerdo totalmente la expresión de su rostro antes de haberla golpeado hasta matarla,
esa noche se metió a la ducha mientras yo miraba las estrellas fumando,
y las voces comenzaron a gritarme, pensé en molerme el cráneo a golpes,
tape mis orejas con todo aquello que encontré,
y mientras menos sonidos entraban a mi más voces me gritaban que la matara,
salí de la casa rumbo al cobertizo, tome el martillo y volví,
la espere sentado con la mirada fija en la puerta,
el ruido del agua cesó y sus pasos comenzaron a acercarse,
la manija de la puerta giro y antes de poder decir algo,
su ojo alojo la cabeza del martillo,
su sangre mancho mi rostro y con cada golpe mi cuerpo recibía más y más de la que hubiese imaginado,
cuando dejo de gritar, el resto de las voces acabo.

Hoy solo escucho a los Ángeles y aún imagino a dios esperando mis disculpas?






Ángel

-Dime si estás ahí ángel que cuidas mis sueños

? fueron las últimas palabras del pequeño antes de apoyar su cabeza en la almohada dispuesto a dormir,
despertó a media noche azotado por sus pesadillas, que mostraban la realidad, lo atormentaba aún más que cualquier otra cosa,
cerro sus ojos lentamente y volvió a dormir.
Hijo de una madre esforzada e incomprensiva, y de un padre alterado,
incomprensivo y totalmente decepcionado; él quería un hijo normal,
siempre oculto entre las sombras de su habitación acompañado de los pocos libros que le daban alegría,
soñando con alguna vez encontrar a quien amar para así sentirse querido,
viviendo entre sus escritos y dibujos. Pocos cosas adornaban su habitación,
que para él era su hogar, su pequeña litera,
su pobre escritorio con unos lápices ya gastados por el tiempo
y su corta colección de libros, sus zapatos y ropas, uno que otro disco con música clásica y sus dibujos en las paredes.

Gritos, retos y ordenes eran las pequeñas cosas que destruían su armonía y su concentración en la magia
del gran Ludwig Van Beethoven o en las hermosas manos de Claudio Arrau,
sumergido por el miedo que le producía el contestar o desobedecer a sus ?papis?
como les llamaba irónicamente, sobrevivía día a día.

Su comunicación con ellos era casi nula, se decía a sí mismo:
Para que hablarles después de todo no les importo ?
y cerraba sus labios nuevamente por un largo periodo.
Una noche mientras dormía despertó de sus pesadillas habituales,
como de costumbre su padre no estaba, caminó hacia su madre,
la despertó y entre labio y labio, el susurro de sus voz expulso un te odio,
sus ojos estaban desorbitados parecían estar perdidos entre el dolor y la soledad.

Miro sus manos un par de segundos, luego miró los ojos de su madre y dejó caer sobre ese pecho desnudo,
que tanto lo quería en secreto, diez puñaladas que la arrastraron en un suave viaje hacia la muerte.

Luego salió de allí y camino hacia la playa bajo la luz de las estrellas, sus eternas compañeras, al llegar a esta escribió en la arena:
?Es una buena noche para salir?
Buscó la orilla, alzo la vista lo más lejos que pudo y caminó mar adentro?
Más su ángel? Nunca llego





NOTA: Estos y el resto de mis escritos, están bajo Copyright, Notaría Farren Año 2010.



Mis Otros Post





























Dale Click a Gracias Para Ver El Resto De Mis Post


COMENTAR ES AGRADECER
DAR PUNTOS ES ALENTAR
RECOMENDAR ES COMPARTIR



No olvides visitar de nuevo Disculpas y Ángel Dos Relatos Propios

No hay comentarios:

Publicar un comentario