lunes, 1 de agosto de 2011

Nueva Chevrolet Orlando





En marcha, el Orlando cumple con un notable en confort y estabilidad. Filtra bien las irregularidades (aunque no digiere bien algunos rebotes a baja velocidad) y se muestra lo bastante estable en curvas para que los ocupantes no pidan bajar el ritmo, favorecido éste por el conjunto mecánico, que en la versión probada era el más agradecido: diésel de 163 caballos con cambio automático de seis marchas.



El propulsor sorprende por su refinamiento y entrega de potencia incluso a bajas revoluciones. Del cambio hay que destacar su suavidad. El nivel de prestaciones es elevado y los adelantamientos no plantean dudas. La dirección es lo bastante comunicativa a pesar de la tendencia a sobredimensionar las ruedas y los frenos cumplen en un uso familiar.



El consumo no es brillante. En parte, precisamente por la caja automática que empeora el dato de ese motor con cambio manual (1.100 euros más barata). Nuestra recomendación, irse a éste Orlando e incluso al de 131 caballos con el mismo bloque. Parece más que suficiente y se queda, con un acabado intermedio, por debajo de 21.000 euros con climatizador, ESP, llantas, sensores de parking, volante multifunción, un potente equipo de sonido...



El superior (LTZ) cuenta incluso con navegador, llantas de 17 y mantenimiento gratuito de tres años. Aunque resulta incongruente que sea también el único que permite contar con automatismos para las luces y los limpias o el control de crucero. O que, ninguno de los Orlando pueda llevar faros de xenón, bluetooth o control de presión de los neumáticos. Y eso por no hablar de otros equipos más sofisticados. Ya lo decíamos: no es cocina de diseño, pero sí de la que alimenta de verdad.


No olvides visitar de nuevo Nueva Chevrolet Orlando

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