sábado, 16 de julio de 2011

Diferencia entre un mal día y un buen día - PNL

Un mal día

Es viernes y fin de semana largo porque el lunes es feriado. Te levantaste de mal humor, anoche te acostaste tarde por un imprevisto. Por esta razón te quedaste dormido y llegás tarde al trabajo, para colmo llueve. Vas a la cocina y se acabó el café. Suficiente información para confirmar que hoy vas a tener un mal día. Todo el mundo sale con el coche porque es feriado largo.

El tráfico es una locura. Mejor voy en subte porque con el coche no llego. Buenísima idea, pero resulta que hay paro. Los colectivos repletos por el paro del subte, viajas parado, incómodo y lento por el tráfico. Un señor no le cede el asiento a una anciana y eso te pone de mal humor. Alguien atrás tuyo apoya su peso sobre vos. Te corres para hacérselo notar, pero sigue igual. Por dentro te hablás con un tono de voz grave y crítico. Bajás del colectivo y sigue lloviendo. Te mojás los zapatos. Justo tenías una reunión a las 9.30

Cuando llegás al trabajo, una persona que nunca te saluda, esta vez te pregunta cómo estamos. ?Este imbécil jamás me saludó, y ahora se hace el amable?, te decís en tus adentros. Lo ignorás, respondés en forma breve y cortante y seguís porque llegas tarde.

La reunión ya empezó y tu jefe te mira mal. Encima te das el gusto de poner mala cara, aunque tal vez en forma inconsciente, pero a tu jefe eso le cae peor. Tu lenguaje corporal hacia los demás es inapropiado, tal vez imperceptible, pero los demás pueden notar en vos tu mal humor. En consecuencia la reunión no resulta como se esperaba.

Volvés a tu escritorio sin saludar a nadie. Prendés la computadora y tarda en arrancar un siglo. Necesitás leer los mails urgente. Evidentemente hoy vas a tener un mal día. Y eso es lo que pasará si sigo contando esta historia.

Un buen día

Anoche te acostaste tarde porque te surgió un imprevisto. Por suerte pudiste solucionarlo. A la mañana te levantas bien porque finalmente aquel problema se resolvió, aunque en consecuencia te quedaste dormido. ?Al menos valió la pena?, pensás. Te pone feliz saber el lunes es feriado, por lo cual podrás compensar tu cansancio. Ahora lo importante es solucionar un problema: tenés una reunión a las 9.30 y sabés que vas a llegar tarde. Vas a la cocina y no hay café. Mejor, desayunás en la oficina con tus compañeros. Llamás a tu jefe y le avisas de tu retraso, le pedís disculpas y que por favor te cubra. Tu jefe se enoja un poco, pero sabés que después con algunas palabras se calma.

Ahora que arreglaste eso vas tranquilo a la oficina. Cómo saliste con tiempo, agarrás el paraguas y te tomás el colectivo. Por alguna casualidad, en el colectivo entablaste conversación con alguien y te enterás que había paro de subtes. Menos mal que me tomé el ?bondi?, pensás. Todo se va dando para que tengas un buen día. Cuando llegas te saluda la persona que nunca te había saludado. Te detenés y le das un cordial saludo. Te preguntás ?qué habré hecho para que hoy me haya saludado?. Intercambiás unas palabras y descubrís que en realidad es una persona tímida.

Entrás a la reunión sonriendo y pedís disculpas por la demora. En silencio, escuchás hasta ponerte en tema. Exponés tu punto de vista y tu jefe te respalda. Todo salió según lo esperado.

Vas a tu escritorio y encendés la computadora. Como sabés que tarda, te vas a desayunar con tu compañero. Evidentemente, te espera un excelente día y fin de semana largo.

Por si no se notó es la misma persona ante situaciones similares.

Conclusión

No dependemos de los hechos, si no de lo que hacemos ante ellos. La misma historia puede ser absolutamente diferente para cada persona.

IAIF está realizando una investigación respecto a como afectan nuestras conductas a nuestras creencias.
Para más info remitirse a nuestra sección de investigaciones
Saludos
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